14 jul 2011

Una provincia que se rebela

Leyendo blogs nacionales decidí hacer uno para denunciar lo que no conviene a la provincia, fundando mi propio blog regional. Mi intención es hablar lo que los limonenses decimos en voz baja, porque aquí no se puede hablar abiertamente, hay un ambiente de represalia política y laboral, sin dejar de lado la violencia.

Me ha sorprendido que mi post sobre las actividades políticas y las dudas del título de universidad del diputado Walter Céspedes, desatara la ira de sus varones cercanos, sobre todo porque no son denuncias graves, son varas que todo mundo sabe.



Pero los asesores Mario Hidalgo y Danny Ovares, empleadillos de ese legislador, me hicieron lo que le hacen a cualquier limonense que cuestione a los gamonales de nuestra provincia. Con ese tono mangoneador que los caracteriza confesaron que tienen identificados a los limonenses en facebook: "saben de qué hablan y cómo responden", en otras palabras intimidan con la supuesta información que tienen del pueblo, estamos en persecusión, acechados por matones y en amenaza constante.

Ellos exigen que les de la cara para "aceptar" mis cuestionamientos, pero no soy bruto, no pueden ser imparciales porque defienden a quien los nombró de asesores, yo no tengo poder político o sindical para ofrecerles un puesto, entonces nunca me van a respetar como ser humano ya que primero está el salario con que les pagan para que nos pateen.

Eso es lo que pasa en nuestra zona, quieren dar con uno para chantajearlo con el trabajo e intimidarlo con otras cosas para mantenerlo doblado y calladito.

Me dio mucho gusto que estos señores se dejaran decir que yo no pienso como limonense, eso significa que están sintiendo el peso de la ciudadanía que quiere un cambio. Cada día más limonenses se revelan de las imposiciones de los señorones de la política y el sindicalismo, eso lo vimos hace unos días cuando la comunidad entera ignoró sus vulgares órdenes.

Mario y Danny pueden creerse muy inteligentes porque trabajan en San José, pero ellos saben que si no fuera por andar de pulseadores en la campaña no tendrían un brete así, donde reciben órdenes de alguien que choriceó el título universitario.

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