La situación que enfrenta Japdeva es alarmante, los salarios, convención colectiva y gastos administrativos fueron confrontados con la realidad del mercado: el bajo precio del dólar y la estructura operativa que han impuesto los sindicalistas.
Los muelles de Japdeva son de por sí bien caros para los contenedores, aparte de lentos. Subir las tarifas es seguir restando competitividad a Japdeva, institución que es hoy por hoy un puerto añejo y desprestigiado en la región.
Como ciudadanos limonenses debemos estar atentos y participar en la renovación de Japdeva, si la institución sigue por donde va llegará a la bancarrota, pero los culpables que ya son millonarios no se van a quedar con nosotros enfrentando el problema social de la delincuencia y desempleo, esos "defensores de los trabajadores" tienen suficientes dólares para marcharse a la hora de la tormenta.
Los intereses de los gremios no pueden seguir con tanta distancia de los intereses del pueblo, nosotros somos pisoteados para que los que forman parte de la argolla sean privilegiados y se crean dueños de Limón. De conservarse el rumbo vamos a tener un problema social digno de cobertura de prensa internacional. El modelo estatal y sindical para administrar el puerto está agotado, nosotro podemos competir con Caldera, nos urge la concesión.
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