28 jun 2011

Esto no es igual que antes



De los sindicatos que lucharon para que se respetara la dignidad de los trabajadores ya no queda nada. Aquellos que querían explotar a nuestra provincia cedieron a la presión popular pero en su lugar se acomodaron otros, pervirtiendo el honor sindical. 

Los sindicalistas de verdad jamás hubieran aceptado el resultado inimaginable que sufrimos hoy. Patrocinamos una burguesía que se sirve con cuchara grande de los recursos de los trabajadores, los cuales callan porque temen que los nuevos señores feudales-sindicales les quiten su trabajo.


Quien diría que una institución como JAPDEVA se convertiría en un paraíso de una minoría, donde unos pocos empezarían a inventar privilegios a costa de la eficiencia del puerto, además de nuestra identidad cultural que sufre grandes estereotipos por culpa de estos señores que se adueñaron de todo.

Quitarlos ha sido imposible. Son amos, dueños y señores de Limón, la gente les tiene miedo porque no solo usan palabras fuertes contra los opositores, se han dado momentos de violencia contra los que les adversan lo cuales desaniman a los disidentes. 

En Limón hay dos clases sociales: los que bretean en JAPDEVA y los que no. Para entrar hay que ser demasiado amigo de los sindicalistas, exigen una lealtad propia de una organización propia de las inadecuadas novelas de moda.

JAPDEVA ahora es motor de tristeza, necesitamos una renovación en la inversión porque los balazos, asaltos y muertos están ahogando la provincia.

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