Los limonenses deseamos que la inversión que parte del empeño que se pone en la ruta a Caldera se invierta en la Braulio Carrillo. La famosa "ruta 32" fue hecha con menos tecnología y controles por lo que todos sabemos que la neblina, lluvia y congestionamiento producen poca visibilidad, derrumbes y accidentes.
La carretera Zurquí fue un sueño hecho realidad para un pueblo cuya primera conexión fue el ferrocarril y posteriormente la vía Turrialba, pero desde que la inauguraron fue notorio que faltó experiencia en su diseño y se hace necesario un mayor mantenimiento.
Ya quisiéramos tener puentes peatonales (para uso humano), ojos de gato, peralte, asfalto en buenas condiciones y personal disponible que disfrutan quienes viajan a Puntarenas y Jacó por la nueva carretera. En esas condiciones el viaje es más rápido y seguro, razones por las que gustosamente se podría pagar más de un peaje de costo razonable.
Es obvio que la ruta Caldera está relacionada con la inversión en el Pacífico, el renovado puerto de Caldera, las marinas, hoteles y condominios de lujo, posibilidades con las que soñamos los limonenses y que sabemos que tarde o temprano tendrán que llegar.
De la marginación económica nacieron los problemas y estigmas sobre la piel de nuestra provincia, es por eso que hoy más que nunca queremos la prosperidad que producen las oportunidades, respetando nuestra idiosincrasia y el medio ambiente. Solo así podremos disfrutar de un Limón más atractivo que invite a ticos y extranjeros a disfrutar del Caribe.
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